Mina Clavero:

Historia:

Los primeros habitantes de esta región y por ende en gozar de los privilegios de este especial microclima, fueron los indios Tinquinas (rama de los Comechingones).

Estos se establecieron en el valle de Traslasierra, en las zonas hoy denomionadas como Mina Clavero, Cañada Larga, Niña Paula y La Gloria.

En épocas de otoño e invierno se instalaban en cuevas creadas por ellos apilando priedras y aprovechando los aleros naturales que ofrecen las sierras grandes. En primavera y verano bajaban y se asentaban en las márgenes de los ríos Panaholma y Mina Clavero. En lugares como Nido del Aguila y Los Cajones hoy es posible encontrarnos con morteros calados en la piedra que utilizaban para moler productos vegetales y granos que utilizaban en su alimentación.

Los Comechingones eran indios guerreros que se vestían con cueros y tenían largas barbas. Cultibaban la tierra en los lugares húmedos y construyeron canales o acequias para esto. Entre los cultivos podemos destacar maíz, camote (parecido a la batata), quinoa (especie de arroz), porotos, zapallo y maíz. Dentro de sus animales de cría estaban las ovejas, las cabras, las llamas, las alpacas, las vicuñas y los guanacos.

Construían sus viviendas semienterradas o aprovechando los aleros y cuevas naturales de la montaña, para lo cual empleaban paredes de piedra apilada. En el caso en que cavaban cuevas hacíen sus techos con palos y barro.

Como elementos de caza y defensa utilizaban los característicos arcos y flechas, pero a la vez empleaban el martillo, la macana o machete y las boleadoras.

Eran adoradores del sol y la luna. También practicaban la alfarería.

Estudios realizados por antropologos demuestran que estos indígenas fueron un desprendimiento del gran imperio Inca que se afianzo en esta zona cuando el conquistador comenzo su destrucción en el lugar donde habitaban originalmente. Esto se basa en sus costumbres, hábitos alimenticios, creencias, dialecto y rasgos antropométricos.

Estos habitantes de la zona, también han dejado manifestaciones de su cultura en petrografías y petroglifos.

Antiguamente esta zona se llamaba Milac Navira, tomando su nombre de un cacique que se erigió en jefe de la región. La traducción de este vocable sería la de "Aguas Turbulentas" o "Roca del agua Creciente". Luego este voz deriva con el paso del tiempo en Mina Clavero.

Mina Clavero como paraje existe desde hace más de 400 años, pero sin tener una fecha cierta de fundación. La organización como municipio data desde el 1ro de mayo de 1928, durante la gobernación del Dr. Ramón J. Carcano.

Microclima especial:

El clima es relativamente seco con una temperatura media anual de 18/20°C. En verano los registros oscilan entre los 18 y 38 C°, mientras que en el invierno oscila entre 1 y 20 C°. La temporada de lluvias es de noviembre a marzo, casi no registrándose precipitaciones el resto de los meses, siendo la media anual alrededor de los 500/600 mm.

Nuestra ciudad posee un microclima propio generado por la aislación del resto del territorio producto de las Sierras de los Comechingones al este, la altiplanicie de Pocho al norte y las sierras de Pocho al oeste. Las primeras con una elevación promedio de 2400 msnm protegen la ciudad de las corrientes de aire húmedo provenientes del Atlántico y de los elementos contaminantes que arrastran a su paso por la pampa húmeda. Es decir, actúan como “filtro” natural dejando el aire libre de contaminación. Sumado a esto el espejo de agua que conforma el Dique Ing. Medina Allende (Más conocido como Dique de La Viña)

Por otro lado, como las Sierras de los Comechingones constituyen elevaciones antiguas (plegamientos primarios), la carga eléctrica de las rocas es muy baja, con gran ionización negativa. Asimismo, la descomposición del granito libera átomos de oxígeno que en la atmósfera se transforman en ozono, sumados a los 920 msnm en que se encuentra enclavado Mina Clavero, a la temperatura media anual que no sobrepasa los 18/20°C y a los más de 320 días de sol por año, logran provocar una saludable y grata sensación de bienestar.

Las aguas del Río Mina Clavero:

Al microclima muy especial de este lugar y a la belleza de sus parajes, se agrega el prestigio y popularidad que tomaron las aguas de este río por sus propiedades "curativas". Ya desde la época del Virrey Sobremonte, éste las hacía trasladar a lomo de mula para su consumo personal.

El Ministerio de Agricultura de la Nación las estudió, a través del Químico Dr. Hércules Corti, clasificándolas como tipo "Evian" por sus características hipominerales y sus propiedades diuréticas. Completando este análisis el hecho de ser muy potables desde el punto de vista químico y bacteriológico.

Las propiedades diuréticas con su ingestión presentan una sobreactividad osmótica, produciendo una gran eliminación de productos tóxicos intestinales, como por ejemplo la úrea, responsable de muchas enfermedades y último eslabón del proceso metabólico de las proteínas en nuestro cuerpo. Además activa la eliminación de cloruros y reduce las fermentaciones intenstinales.

Este tipo de aguas están indicadas para el tratamiento de artritismo, reumatismo gotoso, cálculos en el hígado y riñón, diabetes grasa y enfermedades del estómago e intestino.

La ingestión de estas aguas hace que uno orine más que lo que esta ingiriendo (acción diurética) y además tienen la propiedad de eliminarse 15 veces más rápido que otro tipo de aguas debido al aumento de la actividad osmótica del organismo.

La leyenda de Milac Navira y Panaholma

Leyenda de los ríos Mina Clavero y Panaholma. 

Por Horacio Gutierrez Soto (El Inca HoGuSo) en La Divina Epopeya y José de América, 1964.

El padecer de Panaholva
Grande es la pena que tal noticia produce en el corazón enomorado de Panaholva; su intuicion, le induce a su espiritu, que tenga fe en la vida; que a su Milac Navira, la huaca no le ha llegado aún. 
Como enceguecida, se incorpora y comienza a caminar... caminar hacia el sur, "Milac Navira ... Milac Navira!" exclama y continua, a veces se cae , se arrastra algunos metros, pero nada la detiene, llegar a él es su unico deseo; y el de quedarse a su lado hasta morir;
lo abrazara, unirá sus labios a los que sabe de fuego.
Sus ojos como un río de lágrimas que se van encauzado mientras camina, y al correr van sacando la tierra y dejando en el centro la arena.
Y las lágrimas ... y lágrimas de Panaholva empiezan a jugar cantarinas sobre la arena y entre las piedras, mientras se acorta la distancia hasta donde esta Milac Navira, se va completando el cause del Río Panaholma, que es de aguas que tienen la tibieza de un amor inapagable.
Sus aguas, como vertidas aún por un par de ojos, siguen corriendo como atraídas para unirse con otras aguas como se unen los seres que se aman.

El padecer de Milac Navira
Sus ojos se transformaron en dos vertientes de lágrimas, como las que suelen brotar entre las grietas, desde el interior de los peñones, donde el Cóndor se posa.
Lágrimas de pesar que al caer forman una cascada hacia la quebrada, que juguetona, busca encauzarce entre las rocas; y siguen ... siguen como si quisieran llegar a alguna parte. 
Y la cascada de sus lagrimas, de aguas bondadosas que curan los males, dan vida en cada sorbo, llega al valle, y tuerce hacia el norte.
Sus lágrimas siguen y siguen cayendo, como si fueran formando un río nuevo, el río del dolor de Milac Navira , que sintiéndose morir es llevado hacia ella y hacia ella va; sin saberlo, pero va 
Bendición de los cielos! El ruiseñor canta y la claridad de la aurora refleja el porte esbelto de la princesa Panaholva.
Y de pronto, se paraliza Milac Navira, sin animarse a creer la verdad de la imágen que tan inesperadamente ve; porque duda de sus ojos agotados ya de tanto verter lágrimas 
Y como en un nido concavo, en rocas y Barrancas calado, nido de amor y en sueño, se produce el encuentro de Milac Navira y Panaholva.